ALL THAT REMAINS – “Antifragile”
Antifragile es el nuevo y décimo álbum de estudio de ALL THAT REMAINS, lo que supondría una vuelta triunfal de la banda de metalcore melódico desde el deceso de su guitarrista fundador Oli Herbert en 2018, quien considero fue un gran bastión y artífice compositor de grandes momentos de una banda que realmente ha llevado un vaivén marcado en su carrera, tras alcanzar el cénit en The Fall of Ideals y Overcome en 2006 y 2088, respectivamente. Ahora bien, ¿quién ha ocupado su lugar? No es ni más ni menos que Jack Richardson, ex BORN OF OSIRIS y CHELSEA GRIN, que si bien son estilos más filosos y vertiginosos que lo típico del metal más bien melódico del que estamos hablando, honestamente, supo demostrar un interesante trabajo en los singles de adelanto que atrajeron poderosamente mi atención, sobre todo después de un irregular disco como lo fue Victim of the New Disease en 2018 pero que fue un punto más alto de lo que veníamos teniendo. Sin embargo, Jack no es el único cambio en la formación, ya que Anthony Barone llega para reemplazar a Jason Costa en la batería, y retorna el bajista Matt Deis por primera vez desde su única aparición en el segundo disco, This Darkened Heart, sin olvidarnos de los miembros más longevos, el guitarrista Mike Martin, y el vocalista y líder Phil Labonte. Pero, ¿qué corolario nos deja esta reformación al escuchar el álbum ya como un todo?
Tras habernos golpeado con cuatro hitazos como lo fueron “Divine”, “Let You Go”, “No Tomorrow” y “Forever Cold” en 2024, se destaca enormemente los trabajos de las guitarras, bastiones fundamentales de los mejores momentos del disco, que saben plantear interesantes desde riffs vertiginosos, por momentos rozan artilugios más bien progresivos, como sucede en “The piper” y “Antifragile”, pero también utilizan excelentes atmósferas melódicas y solos ampolleantes, más convencionales como en la mencionada “No Tomorrow” y “Forever Cold”, o en “Let you go”, con algún que otro aire más a un brutal hard rock. El debutante baterista también logra lucirse de forma totalmente uniforme durante toda la extensión del disco, con un soberbio trabajo del doble pedal, por momentos más sincopado y rítmico, y por otros más al palo y plagando de blast beats los mejores momentos de cada canción. Sin embargo, no todo es color de rosa, ya que los puntos flacos están, y creo que son los pasajes melódicos de Phil Labonte, en contraposición con su notable desarrollo en las voces podridas, que de la mano de una mezcla endeble en general le quita mucho poder a un disco que con lo comentado previamente, resulta bastante interesante y hasta por momentos, innovador para lo que veníamos escuchando de ATR. Me atrevo a decir que algunas transiciones entre lo gutural y lo lírico no estarían desarrolladas de la forma más correcta, como al final de la canción homónima o en el cierre con “Blood & Stone”, que sin embargo sí me parece que tiene una soberbia construcción instrumental con la adición de un piano a modo de tenue cierre.
Finalmente, Antifragile termina siendo un disco muy en la línea de lo que ALL THAT REMAINS siempre planteó, bien construido y centrado en lo que necesitan expresar las canciones, más que en sorprender constantemente con brutalidad o un derroche innecesario de virtuosismo, sin ser algo exageradamente pesado ni tampoco novedoso, sino una mezcla explosiva de metalcore melódico que debería complacer a muchos fans nostálgicos, aunque quizás no enamore demasiado a aquellos que lo oigan por primera vez. En definitiva, los oriundos de Springfield, Massachusetts, han recorrido un largo y sinuoso camino hasta su estado actual, fiel a sus principios e ideas creativas, entregando otro álbum soberbio y afianzando su capacidad para construir canciones pegadizas y su sonido diverso, que también los ha hecho atractivos para los fanáticos aún más convencionales del hard rock.