Furia y brutalidad: Napalm Death arrasa en Buenos Aires
El pasado miércoles 2 de octubre, la productora Noiseground sigue celebrando su 15° aniversario trayendo a numerosas bandas en esta ocasión le tocó el turno a los británicos de Napalm Death a Groove, donde ofrecieron una noche demoledora para los fans del grindcore. Después de su impactante presentación en Uniclub el año pasado, esta vez la banda británica volvió a demostrar por qué sigue siendo una fuerza imparable en la música extrema.
El arranque de la noche estuvo a cargo de Eskrota, quienes trajeron desde Brasil su potente thrash metal crossover. Con un show lleno de actitud y energía, las tres integrantes de la banda no dejaron espacio para la quietud, logrando encender a la audiencia con su mezcla explosiva de riffs rápidos y letras llenas de crítica social. Fue un set breve pero efectivo.
Luego fue el turno de Miserere, representantes del hardcore local, quienes mantuvieron la intensidad en todo momento. Con un sonido crudo y directo, la banda combinó potencia y velocidad, ofreciendo un show que no dejó respiro.
Finalmente, Blodig trajo la oscuridad con su death metal denso y brutal. La banda desplegó una contundencia sonora que golpeó directamente en el pecho de los presentes. Con riffs pesados y voces guturales que crearon una atmósfera implacable, lograron dejar una fuerte impresión antes de que Napalm Death tomara el escenario. La banda dejó en claro que el death metal argentino sigue en un nivel alto, y su actuación fue el preámbulo perfecto para lo que estaba por venir.
Con su formación clásica —Shane Embury en el bajo, Mark «Barney» Greenway en la voz, John Cooke en la guitarra y Danny Herrera en la batería—, Napalm Death desató el caos desde el primer acorde. Temas icónicos como “Scum”, “Suffer the Children”, “The wolf i Feed”, «You Suffer», «Contagion» y “Dead” resonaron con una brutalidad inquebrantable, llevando al público a explotar en un mosh pit que no dio tregua en toda la noche.
El mosh pit se formó prácticamente de inmediato y no se detuvo hasta el final, en un clima de intensidad absoluta. Barney Greenway, como frontman, es simplemente único: su furia al cantar y su presencia escénica parecían estar en sintonía con un estado de locura controlada, moviéndose por el escenario con la energía de alguien poseído, casi esquizofrénico. Además, dialogó mucho con el público, generando una conexión directa, característica en los shows de la banda.
Me llamó la atención la no mención al reciente fallecimiento de Pinche Peach y Juan Brujo, figuras importantes de la música extrema y amigos de la banda, algo que creo varios de nosotros estábamos esperando.
Lo más sorprendente de Napalm Death es cómo, desde la violencia y el caos sonoro, sus letras transmiten mensajes de conciencia social. A través de temas como la guerra, el fascismo, la homofobia y otras injusticias, la banda siempre ha sido una voz de protesta contra la opresión. Esta combinación entre brutalidad musical y crítica política los convierte en una banda única, capaz de transformar el ruido en un llamado a la reflexión y a la resistencia.
El cierre de la noche fue monumental: Napalm Death interpretó el clásico de Dead Kennedys, “Nazi Punks Fuck Off”, que desató el frenesí final en la pista. Inmediatamente después, descargaron “Instinct of Survival” y “Contemptuous”, sellando un show con la misma agresividad con la que lo comenzaron. Noiseground celebró su aniversario con un evento que será recordado por mucho tiempo, y el público argentino respondió con una entrega total a lo largo de los 70 minutos de show.
Agradecemos a Noiseground por darnos la posibilidad
Crónica y PH: Gonzalo Soutric.