10 Años Después: Death To All trajo el legado de Chuck nuevamente a Nuestro País

Escrito por el abril 2, 2024

Luego de 10 años, después de aquella primera visita a nuestro país, y de aquel memorable show en The Roxy Live, allá por Septiembe de 2014, nuevamente tuvimos en nuestro país, el pasado Martes 19 de Marzo, a Death To All, la banda formada por Steve Di Giorgio en bajo, Bobby Koelble en guitarras, Gene Hoglan en batería y Max Phelps en guitarra y voces. Quienes rinden tributo, a la legendaria banda “Death” desde una posición más que autorizada, siendo a excepción de Max Phelps, todos miembros originales de la banda.

Bajo la gira llamada “Muerte Por Vida, Muerte a Todo” la agrupación vino a nuestro país, para interpretar los clásicos de toda la discografía de Death, en un set extenso y muy variado, que sin dudas dejo a todos los fanáticos más que conformes.

En una era en donde, abundan las llamadas bandas tributos, u homenajes, a agrupaciones legendarias, tenemos a gran parte del publico dividido por este tipo de proyectos. Por un lado quienes desaprueban que se haga uso del legado de una banda y revivir un pasado o un capitulo de una historia que ya todos consideran finalizado, utilizando el nombre y la obra de dicha agrupación para lucrar, sin ninguna intención de crear nueva música,  apelando solamente a la nostalgia de los fanáticos, y por otro lado, tenemos a los que, como en mi caso particular, nunca jamás pudimos disfrutar de “X” banda en vivo, caso, Pantera o Hermetica, por cuestiones generacionales, por ejemplo, o puntualmente en el caso de Death, que jamás en su época de mayor trascendencia, y con Chuck en vida, llego a pisar suelo Argentino. Por eso es que aplaudimos este tipo de iniciativas, y celebramos que el legado de esas agrupaciones se mantenga intacto desde un lugar más que digno, ya sea con músicos originales, u otros también de gran nivel. En el Caso de Death To All, creemos que no solo es un tributo, si no, la esencia viva de la banda, llevada al mismo nivel, con interpretaciones exquisitas, y calcadas de la obra original, como es de esperarse de músicos de este calibre, que fueron participes de algunas de las composiciones más técnicas y memorables de la historia del death metal.

Yendo al grano, la crónica propiamente dicha, comienza en los alrededores del Teatrito, lugar elegido en esta ocasión, para albergar el show. Puntualmente a las 18:30 se abrirían las puertas del local, y comenzaban a ingresar lentamente una gran cantidad de fanáticos que rondaban la zona desde temprano, a la espera del primero de los 3 actos soporte programados para la noche en cuestión. Lesa Humanidad, sería los encargados de calentar el inicio de la previa durante poco menos de 40 minutos, con su Death metal, vieja escuela. Les seguirán con una propuesta similar, y con gran aprobación del público presente, los muchachos de Buena Muerte. Finalizando, y con gran puntualidad,  ya ante un marco de público más que generoso, la tercera y ultima banda de la noche, Dislepsia, una agrupación de gran trayectoria dentro del circuito under local. Todas y cada una se encargaron de demostrar que la escena Death Metal en Argentina, sigue más vigente que nunca, y cuenta de ello es la gran cantidad de público que se acercó desde temprano a brindar aguante.  

Luego de un bache de casi una hora, a las 21:30 horas, puntual y frente una sala prácticamente colmada de fanáticos expectantes, Death To All, tomaría por asalto el escenario del Teatrito. El primero en salir a las tablas, sería el gran Steve Digiorgio, empuñando un particular bajo de 3 cuerdas, tras él, seguiría Bobby Koelble, ubicado a la derecha del escenario. Como un fantasma de entre la niebla, asomaría detrás de la batería, Gene Hoglan, y por último se sumaría, quien quizás tuvo la tarea más difícil de la noche, Max Phelps, el encargado de ponerse en la piel del legendario Chuck Schuldiner, haciéndose cargo ni más ni menos, que de las voces y las violas.

“Open Casket” sería la elegida para da pie a la velada, poniendo al público de cabeza con uno de los clásicos más memorables de la banda. Seguiría, y sin darnos respiro, “The Philosopher”, que caería como si fuese un mazazo en el pecho de puro Death Metal. “Suicide Machine”, completaría el triplete inicial, y con un publico completamente en llamas, nos llegarían las primeras impresiones de la noche. La realidad es que muchos, me incluyó, no caíamos que estábamos viendo y escuchando una verdadera clase magistral, traída a nosotros, por alguno de los mejores y más virtuosos músicos de la escena. Por un lado, Teníamos a Steve Digiorgio, que salió con la cinta de capitán y se puso el quipo al hombro desde el minuto 0, siendo no solo un pilar fundamental dentro del sonido de la banda, con todo su virtuosismo a pleno, si no también obrando como interlocutor en diversos intercambios verbales para con el público, en cada intermedio que hubo durante todo el show, demostrando también que es un derroche de carisma. Gene Hoglan, con sus característicos lentes oscuros, desde el fondo, y rodeado por un kit de batería realmente imponente como su misma presencia, ni se inmutaba mientras tocaba algunos de los ritmos más complejos y caóticos que existen …una verdadera maquinaria de precisión sonora, que bien ganado tiene el apodo de Reloj Atómico. Bobby Koelble, que, si bien mantuvo un perfil bajísimo durante toda la noche, dejo que su viola hablara por él, llevándonos una catarata de riffs demoledores, con una ejecución realmente exquisita, y por último, el joven Max Phelps, otro personaje que prefiere mantenerse con un perfil bajo, y quien además dijimos que tuvo la difícil tarea de ponerse en la piel de una leyenda como lo fue Chuck. No solo hizo un trabajo más que digno y a la altura, si no que supero las expectativas de muchos, tanto en la ejecución de su instrumento, logrando a la perfección alguno de los solos y riffs más memorables de la banda, sino también en las voces, interpretando con gran fidelidad el registro vocal de Chuck, haciendo que de momentos nos diera la impresión de estar viendo y escuchando justamente al mismísimo Chuck sobre el escenario.

Si decimos que no faltaron clásicos, es porque realmente así lo fue, estaríamos siendo demasiado pretenciosos si nos pusiéramos a pensar en que otro tema nos habría gustado escuchar o creemos que deberían haber tocado. La verdad que el setlist fue completísimo, una verdadera exquisites y recorrida más que amplia por toda la discografía de la banda. Por nombrar algunas de las joyas infaltables, que sonaron en la noche, podríamos mencionar “Living Monstrosity” de “Spiritual Healing”, probablemente una de sus obras cumbre o “Symbolic” de su disco homónimo, tema que desato uno pogos más violentos de la noche, “Scavenger of Human Sorrow” o “Overactive Imagination”, con otra ejecución realmente perfecta de Max, que prácticamente no pudimos distinguir de la obra original, y creo que ni siquiera los más “nerds” de la banda podrían haber notado alguna diferencia. “Lack of Comprehension”, otra de las mas victoreadas de la noche y cuasi cerrando la noche “Crystal Mountain”.

Una despedida a medias, y la banda abandonaría el escenario durante unos escasos minutos, para darnos un breve respiro antes de rematarnos en el suelo con tres bises, para el goce de todos aquellos que pedían a gritos por más. “Zombie Ritual”, y “Spirit Crusher”  y el gran final, ahora si, definitivamente, con “Pull the Plug”. Abandonarían el escenario entre ovaciones  y saludos con su público, y una vez desaparecidos de la vista de todos, nos dejarían con esa extraña sensación que siempre nos queda después de haber presenciado un gran show, esa mezcla de emociones que tanto nos gusta.

En este caso la satisfacción  de haber visto sobre el escenario a semejante nivel de músicos y la alegría de haber podido escuchar a obra a una de las agrupaciones que más nos hubiese gustado ver en su época de gloria, Death, una banda de culto que desgraciadamente nunca piso suelo Argentino previo a la desaparición física de su líder y fundador, y que por suerte Death to All, se encargó de traernos su legado y de demostramos que no son solo tributo, si no la esencia viva de la banda aún vigente… si el espíritu de Chuck estuvo presente esa noche, no nos cabe duda que también los aplaudió de pie.

Agradecimientos a Icarus Music y a Marcela Scorca.

PH: Leandro Barrera

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