Tete Novoa en El Teatrito: historias, metal y corazón
Una noche fría en Buenos Aires, pero bien calentita adentro de El Teatrito. Tete Novoa volvió a pisar este escenario, esta vez sin Saratoga, pero con toda la energía que lo define como uno de los frontman más queridos del metal en español.
La noche arrancó temprano con Portal of Glory, que abrieron la velada aunque lamentablemente no llegamos a registrarlos en fotos. Después subió King Dragón, poniendo la cuota de hard rock y rock pesado que encendió a más de uno. Luego fue el turno de Neon Rider, con una propuesta Modern AOR bien pulida y efectiva. Y para cerrar la previa, Tandem se plantó con su hard rock directo y sólido, dejando todo listo para que Tete saliera a hacer lo suyo como solo él sabe.
Con su tour “Historias que cantar – El Show”, Tete propuso algo más que un recital: fue un encuentro para repasar momentos de su carrera, contar anécdotas y, claro, hacer temblar las paredes con su voz demoledora.
El público no llenó cada rincón como la última vez con Saratoga, pero lo compensó con aplausos, cantitos de cumpleaños (sí, coincidió con su cumple) y un aguante que dejó al madrileño visiblemente emocionado.
Para esta parada argentina, Tete trajo una banda de lujo: JimePau (de la banda de Alejandra Guzmán) marcando el pulso en la batería, Cinthya Blackcat M. (Mystica Girls) desbordando riffs potentes en la viola y Carla Soriano (Disaster Machine) sosteniendo todo con un bajo sólido. Un power trío femenino que dejó claro que ahí arriba nadie se guardó nada.
El show tuvo de todo: himnos propios como “Vayamos a más”, baladas que bajaron revoluciones como “Inmortal” y “A tu luz”, bombas de hard rock como “Techos de Cristal” y versiones que encendieron la nostalgia y la fiesta. ¿Quién se resiste a corear “We Will Rock You” o “Highway to Hell”? Imposible.
Entre risas, historias y puños en alto, Tete repasó su carrera, homenajeó clásicos como “Maldito sea tu nombre” y “Beat It”, y cerró con “Somos”, esa canción que se volvió un himno para todos los que siguen su camino desde Shaigon hasta hoy.
¿El resultado? Una noche íntima, potente y sincera. Un “gracias” recíproco entre artista y público. Metal sin disfraces, historias bien contadas y la promesa de que Tete siempre vuelve.
Agradecemos a Icarus Music y Marcela Scorca
PH: Gabriela Braguzzi