Haken en Buenos Aires: técnica, emoción y una noche de alto vuelo progresivo
Después de su primer paso por Argentina, Haken volvió con todo el 29 de abril, esta vez en la Sala Caras y Caretas (aunque originalmente iba a ser en el Teatro Flores, pero bueno… ¡la agenda de shows en esos días estuvo explotada!).
La noche arrancó con Fughu como banda soporte, una elección perfecta para abrir el viaje progresivo. Con Renzo Favaro al frente —voz impresionante y presencia escénica arrolladora—, la banda dejó claro que en Argentina también hay prog del bueno. Para los amantes de la música hipnótica y viajera, fue un lujo.
Y después, el plato fuerte. Haken nos llevó de paseo por toda su discografía, desde los primeros discos hasta el último, con una ejecución tan precisa que a veces parecía inhumana. Técnicamente impecables, pero sin perder calidez ni conexión. Lo que vivimos fue un viaje musical de ida y vuelta todo ejecutado con una precisión quirúrgica. El nivel técnico fue tan alto que por momentos parecía que estábamos viendo robots tocando… pero robots con mucha onda.
Ross Jennings, el cantante, fue un show aparte: simpático, carismático y súper conectado con el público. Tiró varios “muchas gracias”, se copó con los cánticos y cuando escuchó el clásico “olé olé olá”, dijo “esa es la Argentina que recuerdo”. Imposible no quererlo.
El momento más épico fue “Drowning in the Flood”, donde Jennings se lució fuerte con la voz. Y cuando amagaron con irse, la gente no los dejó: “¡una más y no jodemos más!” y sí, volvieron para cerrar con “Visions”, un final bien arriba.
Cuando terminaron, se quedaron saludando a todos los que se acercaron al escenario. Nada de irse corriendo: se quedaron ahí, agradecidos y con una sonrisa de oreja a oreja. Una fiesta total para los amantes del prog, que ojalá se repita más seguido.
Agradecemos a Nwm Productions y a Gaby Sisti
PH: Gabriela Braguzzi









