Hammerfall en Argentina: El martillo cayó sobre Flores

Hacía muchos años que Hammerfall no encabezaba cartel en Buenos Aires. Las últimas visitas siempre tuvieron a la banda como acompañante (de Helloween, por ejemplo) o fue parte de una luminaria junto a otros grupos. Esta vez fue todo para los suecos, que tuvieron en Lordowar y Virthual dos excelentes propuestas para mantener flameante la llama de los templarios de Buenos Aires.

A las 21, puntualmente, se apagaron las luces y se corrió el telón. El escenario estaba sólo iluminado con la pantalla que mostraba la tapa del último disco. David Walling se subió a batería y de a poco se sumaron Fredrik Larsson, Oscar Dronjak y Pontus Norgren. Los cuatro, con el puño en alto, corearon junto al público “Avenge Avenge Avenge” y Joacim Cans se sumó en la frase “vengeance is mine”. Así empezó el viaje que recorrió más de 30 años de carrera. 

Pero curiosamente la lista tuvo mayoría de canciones con base en el hard rock o metal clásico por sobre los temas con el sello power metal característico de Hammerfall. Si nos ponemos muy puntillosos en esa definición, sólo tocaron Heeding the call, algunas partes del medley de Chapter V, y The end justifies. En el resto sonó Any means necessary, Renegade, Let the hammer fall y (We make) sweden rock. También hubo lugar para la emotiva Glory to the brave y el coro a mil voces. En total, casi una hora y media de show con dieciséis canciones de doce discos, con mayoría del último, Avenge of the fallen (4) y en menor proporción Legacy of kings (2). El resto, uno de cada uno.

Dicho esto, la elección de canciones no hizo mella y Hammerfall hizo honor a su nombre y golpeó fuerte en El Teatro. Sonido contundente, despliegue en el escenario y un ida y vuelta constante con el público. Cans usa todos sus años de rodaje para manejar a una audiencia que responde a cada gesto (aunque sabemos también que el público argentino corea hasta los acoples y siempre encuentra su lugar para tener su pedacito de show). Oscar Dronjak cambia de guitarras y vestuario, levanta el modelo de viola “martillo” y está al frente de todas las coreografías y poses. Es el fundador, único miembro original, showman y espíritu del heavy metal de Hammerfall.

El final llegó demasiado rápido con Hail to the king y Hearts on fire (“en cinco minutos nos sacan de acá” dijo Cans). Y como siempre nos quedamos con ganas de más aunque hasta la vuelta seguiremos con el martillo en alto.

Agradecemos a Icarus Music, Marcela Scorca

PH: Martin Daksoul

Crónica: Mariano Martín