El Regreso del Fuego: Azeroth Celebró 25 Años de su Debut en el Flores

Azeroth celebró los 25 años de su álbum debut en un Teatro Flores explotado el 8 de noviembre de 2025. Una noche pesada, emotiva y celebrada como se merece: con riffs filosos, voces al palo y un público que no aflojó un segundo. La banda no solo repasó momentos clave de su historia, sino que también rindió un homenaje especial a Christian Bertoncelli, vocalista del primer disco, que volvió al escenario para reavivar el fuego original.

La apertura quedó en manos de Habemus Morten, los de Hurlingham, que no vinieron a pasear: media hora de puro metal, directo, ajustado y sin rellenos. Un arranque sólido que preparó a la gente para lo que se venía.

Después fue el turno de Jezabel, una banda con trayectoria y calle, que desde el primer acorde de “Hasta el último round” se metió al público en el bolsillo. Mantuvieron la intensidad de punta a punta y cerraron con “A todo o nada”, fieles a su estilo de hard rock sin concesiones.

El tercer asalto lo protagonizó Christian Bertoncelli, y acá no hay rodeos: el tipo es un monstruo arriba del escenario. Su voz sigue siendo un arma contundente, afinada y potente. Con “Cenizas del Alma” levantó la temperatura del lugar, y en apenas seis temas dejó claro por qué sigue siendo una de las voces más respetadas del metal nacional. Lo acompañó una banda precisa, que lo sostuvo con la fuerza que su repertorio exige.

Y entonces llegó el turno del plato principal: Azeroth, con su power metal épico, moderno y bien ejecutado. Arrancaron con “Condena Eterna”, “Al Final Te Alcanzaré” y “El Final de los Tiempos”, marcando desde el inicio que la noche iba a ser intensa y cargada de historia.

Los invitados subieron en el momento justo. Aaron Briglia (Volver al Origen) metió una versión tremenda de “El Mandato”. Pero el instante más emotivo de la noche fue el regreso de Bertoncelli para revivir canciones del disco debut: “En la Frontera de Toda Razón” y “El Ocaso de los Reyes” sonaron poderosas, nostálgicas y celebradas como verdaderos himnos del metal nacional.

La formación actual —Ricciardulli en bajo, Nacho Rodríguez en voz, Pablo Gamarra y David Zambrana en guitarras, Daniel Esquivel en batería y Leandro Miceli en teclados— mostró un nivel impecable: sonido limpio, energía constante y una química que se siente arriba y abajo del escenario.

Para despedirse, Azeroth tiró todo por la ventana: un cover explosivo de “Rompe el Hechizo” de Rata Blanca, seguido por “La Salida” y “Campaña al Desierto”. Tres golpes finales que dejaron al público encendido y con la certeza de haber sido parte de una noche histórica.

Metal, historia, emoción y una banda que sigue escribiendo su legado con la misma fuerza que hace 25 años.

Agradecemos a Gaby Sisti

PH: Gabriela Braguzzi