Lorihen en Flores: antes del caos mexicano, una noche de puro fuego
El viernes 17 de octubre, el Teatro Flores ardió con la última presentación de Lorihen antes de su desembarco en México. La banda se despidió del público porteño con una noche que tuvo de todo: potencia, emoción, invitados de lujo y una conexión brutal con su gente.
La velada arrancó con Pulso Extra, una banda que plantó bandera con un heavy clásico y una cantante que no se guardó nada: voz filosa, actitud rockera y mucha presencia. Después llegó El Legado, con Javier Barrozo al frente, regalando una dosis de hard & heavy con tintes powermetaleros y duelos entre teclados y guitarras que hicieron levantar más de una ceja.
El público ya estaba en clima, esperando lo que venía, cuando In-Dios subió al escenario con una propuesta más cruda y pesada. Tuvieron algunos baches de sonido al principio, pero se repusieron rápido y cerraron con una versión demoledora de “Electric Eye” de Judas Priest. El ambiente quedó a punto caramelo.
Cerca de las 22, Lorihen tomó el escenario y el Teatro Flores explotó. Bajo el marco de su gira “La Magia del Caos”, abrieron con “Fantasmas del ayer” y “Gritos de libertad”, dos bombas que dejaron en claro que la banda estaba lista para arrasar. Desde ahí, todo fue un repaso por su historia: clásicos, temas nuevos y esa entrega que los caracteriza desde siempre.
El show tuvo de todo. Julián Barrett (Asspera / Tarja) se sumó como guitarrista invitado y se quedó casi toda la noche, aportando técnica y garra. También hubo momento para Brenda de Bloodparade, que subió a meter su oscuridad y potencia en “El secreto más perverso”.
Uno de los puntos más sentidos llegó con el homenaje a Ricardo Iorio. Alejo León, guitarra en mano, hizo que todo el lugar se uniera a coro en una muestra de respeto y emoción por el gran referente del metal argentino. Hubo también un guiño a Ozzy, y hasta un reconocimiento al público más joven que sigue sumándose al camino de Lorihen.
El tramo final fue una seguidilla de hits que hicieron temblar el piso: “Extraños signos”, “Muro de silencio”, “Antihéroe” y “Libre como el viento”. En este último tema, con Juan Pablo Killberg de invitado y globos rojos volando, la banda metió en el medio una versión de “Ya no sos igual” de Dos Minutos que desató el pogo y la locura.
Para el cierre, Javier Barrozo volvió a escena para “El último eclipse” y el infaltable “Vida eterna”, con todo el Teatro cantando como si fuera un himno.
Lorihen se despidió a lo grande. Lo de Flores fue más que un show: fue un ritual entre banda y público, una demostración de que el heavy argentino sigue vivo y con las venas cargadas de electricidad. Ahora les toca llevar esa energía a México, donde los espera una gira que promete ser tan intensa como esta noche en Flores.
Agradecemos a Gaby Sisti.
PH: Gabriela Braguzzi











