Icarus Music Fest: 31 años de historia celebrados con una avalancha de metal en Flores

¡Metal, pogo, historia y corazón! Así se vivió el Icarus Music Fest en un Teatro Flores totalmente colmado, donde la productora celebró sus 31 años a lo grande con géneros para todos los gustos y una consigna simple y hermosa: entrada libre a cambio de un alimento no perecedero. ¡Así se hace!
Desde bien temprano —¡a las 18 clavadas!— empezaron a sonar los primeros riffs. La apertura estuvo a cargo de El Foco, y a partir de ahí, una banda cada 15 minutos, ¡un verdadero tren de metal!
Virthual, Perfectos Extraños, Frantic, Lesa Humanidad, Tandem, Gunner y el debut más esperado: Lázaro, la nueva banda de Ale Salas, Jorge Moreno, Pablo Maldonado, Diego Núñez y Hernán Pinello, que ya dejó la vara altísima con apenas unos minutos de show.
Nosotros llegamos un poco más tarde, justo para agarrar el final explosivo del set de Manifiesto, y desde ahí fue un desfile furioso.
Luego arrancó fuerte con Retrosatan, puro heavy ochentoso directo al mentón. Aunque tocaron poquito, el nivel de energía fue tan bestial que parecían haber tocado el doble. Riffs filosos, actitud y mucho aguante. ¡Los clásicos siguen vivos!
Después subió Jeriko, con Juan Soto al frente metiendo power metal bien arriba. Cuando sonó “No Pares”, el lugar explotó. Un show compacto y efectivo, de esos que te dejan cebado. Le siguió Tungsteno, metiendo thrash rabioso desde el primer acorde. Pura violencia sonora, precisión quirúrgica y actitud de sobra. No dieron respiro.
Y como siempre, Tren Loco cumplió con creces. Daniel Medina al frente, temas bien al palo y un cierre (si no nos falla el cerebro) con “Tempestades”. Metal argento de ley, sin vueltas.
También fue una alegría ver en vivo a Patan, que demostraron que están más afilados que nunca. Sonido ajustado, arreglos impecables y esa vibra de banda que lleva años rompiéndola en cada escenario que pisa.
El broche de oro vino con dos pesos pesados del metal nacional: Lethal y Reinará la Tempestad. Dos shows demoledores, con figuras como Eddie Walker (¡que tenía una silla pero tocó parado todo el show, un animal!) y Hugo Benítez dejándolo todo sobre las tablas. Un cierre a la altura de lo que merecía esta noche histórica.
En resumen, todos los estilos, todas las edades, todas las tribus del metal se unieron para esta gran misa metálica en Flores. Un evento que fue mucho más que un simple festival: fue una postal del presente y del futuro del heavy nacional.

¡Larga vida a Icarus Music! Gracias por tanto y que vengan muchos años más de gritos, distorsión y hermandad metalera.
¡Nos vemos en la próxima, en el pogo o en el infierno!

Agraecemos a Icarus Music y a Marcela Scorca.