Kerry King en Buenos Aires: Thrash, fuego y leyenda viva en Flores

¡El infierno se abrió el jueves 9 de mayo en el Teatro Flores! Kerry King, el histórico guitarrista de Slayer, pisó por primera vez Argentina con su proyecto solista y entregó un show brutal, directo al mentón, como solo una leyenda del thrash puede hacerlo. En una semana cargadísima de recitales, el teatro volvió a llenarse de fanáticos listos para rendirle tributo a uno de los pilares del género.

La noche arrancó con Manifiesto, una banda local que viene pisando fuerte en la escena under. Sonaron sólidos, comprometidos, con una buena puesta en escena, y como era de esperarse, la parca —símbolo característico de la banda— no podía faltar a la cita en Flores. Fue una gran oportunidad para quienes no los conocían, de ver de qué va esta propuesta potente y bien trabajada. Tocando frente a un público masivo, Manifiesto supo aprovechar el espacio, se plantó con actitud y dejó en claro que el thrash argentino tiene representantes con mucho para decir.

Pero la locura explotó cuando Kerry King y su banda de estrellas aparecieron en escena. Lo acompañaron músicos de peso pesado: Mark Osegueda (Death Angel) al frente con su voz incendiaria, Paul Bostaph (ex Slayer) aplastando la batería, Phil Demmel (ex Machine Head y Vio-Lence) rompiéndola en la guitarra, y Kyle Sanders (Hellyeah) metiendo groove desde el bajo. Un dream team del metal.

El plato fuerte fue la interpretación completa de su disco debut, From Hell I Rise. Desde “Diablo”, “Where I Reign” y “Residue” hasta “Idle Hands” y “Toxic”, el nuevo material se sintió fresco, potente y muy “Slayeresco”. El público lo recibió con los brazos abiertos (y los cuellos dispuestos al headbanging sin pausa). Y hubo sorpresas: un momento especial con dos joyas de Iron Maiden —“Purgatory” y “Killers”— que dejaron a todos con la boca abierta. La banda las hizo propias y demostró que, además de destruir, también saben rendir homenaje con clas
Como si eso fuera poco, tiraron bombas clásicas de Slayer como “Repentless”, “Disciple”, “At Dawn They Sleep”, “Raining Blood” y “Black Magic”, desatando pogos furiosos que sacudieron el piso de Flores. La gente gritaba cada verso como si fuera el último.
El final fue a toda máquina con “From Hell I Rise”, y la banda se despidió bajo una lluvia de aplausos y puños en alto. Fue una noche que quedará grabada en la memoria de cada alma que estuvo ahí: cargada de energía, con un Kerry King imparable y un mensaje claro… el thrash no solo sigue vivo, está más filoso que nunca.

Agradecemos a Icarus Music y a Marcela Scorca

PH: Gonzalo Soutric