Ancient en Buenos Aires: Svartalvheim en el Bula, un Viernes Santo Profanado
Viernes 18 de abril de 2025. Mientras una parte del país conmemoraba el Viernes Santo en recogimiento, otra se arrodillaba ante un altar mucho más oscuro: el Club Cultural Bula, en el corazón del under porteño, se transformó en la cripta perfecta para el regreso de Ancient, leyenda del black metal noruego que volvía a Buenos Aires con una propuesta especial y completamente ceremonial.
La noche comenzó temprano, con un público fiel que llegó desde temprano sabiendo que esto sería más que un simple recital. Rhaug abrió la jornada y fue, sin dudas, una de las sorpresas más potentes del cartel. Black metal oscuro y denso, con un aura mística que atrapó desde los primeros compases. Su presentación fue como una invocación primitiva: sin necesidad de grandes efectos, lograron envolver al Bula en una atmósfera ritual, hipnótica.
Le siguió Dios Serpeinte, un proyecto más atmosférico y experimental, que aportó un viaje profundo, introspectivo y pagano. Con pasajes instrumentales extensos, voces desgarradas y un aura ceremonial, el proyecto de Leandro Buceta dió una experiencia inmersiva que sumó otra dimensión al evento.
Gloriam Satanas fue el broche del tríptico nacional: true black metal en estado puro, crudo, veloz y sin adornos. Las paredes del Bula temblaron con su ataque sonoro, que preparó el terreno para lo que vendría: la llegada de Ancient, y el descenso a una dimensión paralela.
Pasadas las 22:00, una figura emergió entre las sombras con su corona de espinas caracteristicas, Era Aphazel, mente maestra detrás de Ancient, quien comandó con maestría una presentación centrada en sus primeros trabajos: el legendario “Svartalvheim” (1994) y el monumental “The Cainian Chronicle” (1996). Dos obras fundamentales para entender el ADN del black metal noruego más melódico, mágico y helado.
El arranque fue feroz, luego de la intro Svartalvheim se venía sin dudar “Trumps of an Archangel”, tema que levantó las primeras manos cornudas entre el humo y la penumbra. Le siguieron “Huldradans” y “The Call of the Absu Deep”, ambos con ese toque místico que caracteriza a Ancient, entre teclados sombríos y riffs que evocan bosques cubiertos de escarcha.
Sin pausas, Aphazel y compañía invocaron “Det Glemte Riket” y “Paa evig vandring”, transportando al público directo al universo de Svartalvheim. La conexión entre banda y audiencia fue inmediata; no había smartphones en alto, solo ojos brillando y cuellos girando como péndulos.
Uno de los momentos más intensos de la noche fue la ejecución de “The Cainian Chronicle Part II: Lilith’s Embrace”, donde se destacó el costado narrativo y teatral de Ancient. Con “Trolltaar”, la energía creció aún más, alimentada por una interpretación feroz de cada integrante.
La segunda parte del set mantuvo ese equilibrio entre crudeza y oscuridad elegante. Con “Nattens skjønnhet”, se rindió tributo absoluto al debut, esa joya olvidada que aún conserva su aura original. Luego llegó “Ponderous Moonlighting”, desgarradora y teatral, y “The Cainian Chronicle, Part I y Part II”, con un melodía sonbría y un clima casi de lamento nocturno.
Pero como toda misa necesita su epílogo, Ancient eligió cerrar con un tributo a los dioses fundadores. El cover de Bathory, “13 Candles”, retumbó como un himno final, un puñal encendido directo a las raíces del género. El tema, tomado del mítico Under the Sign of the Black Mark, fue coreado como un salmo negro por todes les presentes.
Lo que ocurrió en Bula no fue solo un show: fue una ceremonia de resistencia, una comunión para quienes siguen creyendo en la magia oscura del black metal. Y en una escena cada vez más llena de artificios, Ancient demostró que lo esencial sigue intacto: espíritu, compromiso, y una conexión profunda con lo oscuro.
Agradecemos a Heresy Metal Media y NGD
PH: Gonzalo Soutric