Lucifer en Uniclub

El jueves 1 de diciembre el Noiseground Festival volvió luego de 3 años de ausencia con el debut de Lucifer, el proyecto de Johanna Sadonis que ahora comparte con la leyenda del death Nicke Andersson y completan Harald Göthblad en bajo y Martin Nordin y Linus Björklund en guitarras.
Pero antes de adentrarnos en lo que hizo el combinado sueco, este festival contó con 3 shows de actos nacionales en la previa.
Amulett abrió la jornada con un show tremendo y dejó el escenario prendido fuego para Mephistofeles que hizo probablemente uno de los mejores shows que vi. Compactos y con un sonido cristalino y potente, el trío de Entre Ríos impuso sus riffs gordos y arrastrados que siempre te dejan manija. Groove sabbathero muy mala onda, desagradable como ellos dicen. Si todavía no los escucharon, busquen “Whore” para empezar.
Finalmente, el trío nacional se completaba con Dragonauta. Una nueva encarnación de la bestia, con Lucien nuevamente haciéndose cargo de las voces y el bajo, fue el grupo ideal para cerrar la previa. ¿Canciones? Todas las que esperas y una más. “Muerte y Destrucción” fue el cierre como lo es desde hace muchos años. ¿Habrá más Dragonauta el año que viene? Eso espero.

Escenario despejado, telón cerrado, luces rojas. Cerca de las 22, Lucifer se adueñó del Uniclub con sus canciones y potencia. La banda es un relojito con Nicke como dueño de los tiempos y Johanna como la bruja que hipnotiza con su voz y presencia. Son pocas las agrupaciones del “retro rock” que no suenan forzadas, por eso no sorprende que “Midnight Phantom” (del tremendo “Lucifer III”) sea uno de los más coreados, junto a “Bring Me His Head” una de las varias que sonaron del último “Lucifer IV”.
El show sucede y más allá de que muchos de los ojos (y oídos) están exclusivamente atentos en el batero zurdo que abrió más de una cabeza con Entombed y The Hellacopters, las hachas toman protagonismo con sus solos, pero siempre Sadonis es el centro. Es quien lleva el show adelante, la que arenga, la que no erra ni una sola nota aunque por momentos quede por debajo de la mezcla final. Su performance es exquisita, y lo hecho en “Dreamer” es suficiente prueba.
En apenas una hora y monedas, Lucifer se despachó con un set de 15 canciones que concluyó con una espectacular versión de “(Don’t Fear) The Reaper” de Blue Öyster Cult como para que no queden dudas de porqué esto suena como suena.

Agradecemos a Noiseground, Gaby Sisti y Ay Musica